OBSESIÓN DECIMAL
26 de Marzo de 2014. Primer paso hacia la obsesión.
Ha pasado ya mucho tiempo de las cinco Copas de Europa consecutivas conseguidas por el Real Madrid entre los años 1955-1960. Muchas décadas desde la sexta en el 66. Menos, pero bastante desde la séptima en el 98, de la octava en el 2000. Y ya ha pasado demasiado de la última, la NOVENA del 2002. El feudo madridista quiere ver a otro Zidane haciendo que levante la copa otro Hierro, y no es tema cualquiera, es la OBSESIÓN BLANCA.
Desde entonces, el club blanco ha dejado de tener tanto protagonismo en las fases finales de la Champions League, dejando recortar el número de trofeos conseguidos a rivales como Milan y Barcelona. Desde el 2004 a la llegada de Mou, el club merengue no consiguió pasar de los octavos de final cayendo a rivales a priori de mucho menos nivel que los blancos. El gol de Henry, el tanto a los 10 segundo de Roy Makaay, el “chorreo” del Liverpool, las ocasiones falladas en el Bernabeu ante el Lyon. Palabras que hacen daño al sector madridista al recordar esos seis años de nulo protagonismo en la competición futbolística más espectacular.
Con la llegada de José Mourinho como técnico merengue, el Real Madrid consiguió durante tres años consecutivos llegar a semifinales. Barcelona , Bayern y Dortmund fueron los culpables de que el equipo no llegara tampoco a esa final , deseada desde hace más de 10 años.
Tanta importancia tiene este trofeo para el madridismo que el tema se ha convertido en algo grave. El deseo supremo por alzar la “orejona” ha llevado al equipo blanco a entrar en un bucle de obsesión que perjudica claramente a los jugadores y al técnico. La presión en el Bernabeu siempre es elevada, pero LA DÉCIMA es algo a tratar seriamente. Es el sueño de cualquier seguidor merengue, el trofeo maldito. De hecho, cualquier madridista puede desechar La Liga, La Copa, el doblete de esos dos trofeos sino ha visto a Iker levantando La Décima.Para calmar esta obsesión, el club blanco cuenta con el dueño de todas las obsesiones futbolísticas: Cristiano Ronaldo. Una paradoja, ya que el portugués, deportista nato, es el más obcecado con el trofeo.
Hoy en el Veltins-Arena seguramente no se escuchará el famoso : -“¿Cómo no te voy a querer?”, pero todos los jugadores y aficionados pensarán que ya es hora de cambiarlo, de dar un paso más y dejar que el contador de Champions League conseguidas por el club merengue tenga dos cifras. Sí. LA DECIMA. La obsesión. Para ello, hoy tiene que dar el primer paso del camino ganando donde nunca han ganado: Alemania.Este camino solo tiene dos salidas para el conjunto de Concha Espina: La gloria o seguir obsesionados.
Ha pasado ya mucho tiempo de las cinco Copas de Europa consecutivas conseguidas por el Real Madrid entre los años 1955-1960. Muchas décadas desde la sexta en el 66. Menos, pero bastante desde la séptima en el 98, de la octava en el 2000. Y ya ha pasado demasiado de la última, la NOVENA del 2002. El feudo madridista quiere ver a otro Zidane haciendo que levante la copa otro Hierro, y no es tema cualquiera, es la OBSESIÓN BLANCA.
Desde entonces, el club blanco ha dejado de tener tanto protagonismo en las fases finales de la Champions League, dejando recortar el número de trofeos conseguidos a rivales como Milan y Barcelona. Desde el 2004 a la llegada de Mou, el club merengue no consiguió pasar de los octavos de final cayendo a rivales a priori de mucho menos nivel que los blancos. El gol de Henry, el tanto a los 10 segundo de Roy Makaay, el “chorreo” del Liverpool, las ocasiones falladas en el Bernabeu ante el Lyon. Palabras que hacen daño al sector madridista al recordar esos seis años de nulo protagonismo en la competición futbolística más espectacular.
Con la llegada de José Mourinho como técnico merengue, el Real Madrid consiguió durante tres años consecutivos llegar a semifinales. Barcelona , Bayern y Dortmund fueron los culpables de que el equipo no llegara tampoco a esa final , deseada desde hace más de 10 años.
Tanta importancia tiene este trofeo para el madridismo que el tema se ha convertido en algo grave. El deseo supremo por alzar la “orejona” ha llevado al equipo blanco a entrar en un bucle de obsesión que perjudica claramente a los jugadores y al técnico. La presión en el Bernabeu siempre es elevada, pero LA DÉCIMA es algo a tratar seriamente. Es el sueño de cualquier seguidor merengue, el trofeo maldito. De hecho, cualquier madridista puede desechar La Liga, La Copa, el doblete de esos dos trofeos sino ha visto a Iker levantando La Décima.Para calmar esta obsesión, el club blanco cuenta con el dueño de todas las obsesiones futbolísticas: Cristiano Ronaldo. Una paradoja, ya que el portugués, deportista nato, es el más obcecado con el trofeo.
Hoy en el Veltins-Arena seguramente no se escuchará el famoso : -“¿Cómo no te voy a querer?”, pero todos los jugadores y aficionados pensarán que ya es hora de cambiarlo, de dar un paso más y dejar que el contador de Champions League conseguidas por el club merengue tenga dos cifras. Sí. LA DECIMA. La obsesión. Para ello, hoy tiene que dar el primer paso del camino ganando donde nunca han ganado: Alemania.Este camino solo tiene dos salidas para el conjunto de Concha Espina: La gloria o seguir obsesionados.
Francisco García-Morales López 26/02/2014
Widget is loading comments...